Carbohidratos

Existen carbohidratos que contienen un nivel muy alto del índice glucémico, tales como muchos tipos de dulces, pan, pastas, chocolates, es decir, los alimentos que contienen mucha glucosa y/o sacarosa.

Cuando hablamos del índice glucémico queremos decir que es un índice que mide la rapidez con que el carbohidrato se transforma en glucosa en la sangre (recuerda que la glucosa es la azúcar que el cuerpo utiliza, sobre todo para el buen funcionamiento del cerebro).  Si es que no existen buenos niveles de glucosa en la sangre, el cerebro funciona de manera lenta, por lo mismo es que tenemos la sensación de cansancio, no tenemos un buen rendimiento, etc. El consumo de glucosa pura hace que el organismo reaccione rápidamente, pues sube inmediatamente el nivel de glucosa en la sangre, esto produce que el páncreas cree mucha insulina para equilibrarla (este es el problema de los diabéticos, pues necesitan inyectarse insulina, pues su cuerpo no crea lo suficiente para metabolizarla). No es recomendable el consumo de glucosa pura, pues el organismo puede acostumbrarse y hacer que los niveles de azúcar en la sangre bajen, incluso más bajo que cuando se come. 

Hay un valor modelo de la glucosa que es igual a 100.  Cuando se consumen alimentos con un índice glucémico que sea cercano a 100, se produce lo que se explicó anteriormente. Entre los alimentos con este nivel nos encontramos con el azúcar, ese típico azúcar que se encuentran en casi todos los hogares (con esta azúcar se hacen los dulces). Pero no sólo el azúcar es el componente dañino, existen otros glúcidos más. Estos otros, previo a nuevos descubrimientos, eran catalogados en carbohidratos simples y complejos.

La glucosa, la sacaros y la fructosa son considerados carbohidratos simples, mientras que las féculas y almidones son clasificados como carbohidratos complejos. Previo a ciertos descubrimientos, se aseguraba que los carbohidratos complejos contenían, en grandes cantidades, carbohidratos simples. Éstos debían desarticularse en azúcares simples, lo que hacía que el paso a la sangre fuera de manera lenta, esto provocaba que no se generara tanta insulina, tanta que llegara a ser desfavorable. Pero los últimos estudios dicen otra cosa: la fructosa, que es un azúcar simple, se transforma de manera pausada en glucosa, y por lo tanto no hace tanto daño al organismo. De hecho, su índice glucémico es aproximadamente 20. Pero si se analizan las pastas, las cuales eran consideradas polisacáridos, su índice glucémico está cerca del 70, lo cual sí es dañino para el organismo.

Los hidratos de carbono como las pastas que tienen tan alto su índice tienen otra consecuencia hostil para el rendimiento intelectual: Los neurotransmisores, que son los encargados de los procesos cognitivos y emotivos del cerebro, son producidos por los precursores. Los precursores  son cierto tipo de aminoácido, los cuales son propios de las proteínas. Recordemos que las proteínas son las encargadas de entregar nutrientes para que el organismo se construya, se haga fuerte y se regenere. Existen diversos tipos de alimentos ricos en proteínas, tales alimentos tienen origen animal como la leche, carne, huevos y pescados.

Existen opciones vegetales que aportan proteínas como la soja, pero que finalmente no aporta las proteínas necesarias para que los precursores produzcan los neurotransmisores suficientes para que el cerebro tenga un rendimiento intelectual óptimo. Es entonces que al aplicar una dieta estrictamente vegetariana, existe la dificultad de que el organismo tenga un déficit de ciertos aminoácidos esenciales, y sin la presencia de la totalidad de los aminoácidos, la absorción del organismo no se hace de manera completa, es decir, sin la presencia de los aminoácidos esenciales no se puede formar, de manera óptima, el tejido proteico o, dicho de otra forma, la síntesis proteica. Por lo tanto, los vegetarianos deben seguir una fórmula tal que puedan consumir todos los aminoácidos requeridos por el organismo: deben combinar alimentos que contengan ciertos aminoácidos con alimentos que contengan los aminoácidos que no contiene el primer alimento. Resulta dificultoso poder encontrar los alimentos que contengan la mezcla perfecta de aminoácidos que sí tiene, por ejemplo, el pescado. Por lo mismo, es que si decides ser vegetariano, debes informarte de la composición proteica de cada alimento, para poder hacer las combinaciones necesarias y tener así un rendimiento intelectual normal y una vida completamente saludable.

Pero sucede algo extraño también en nuestro organismo, porque un aminoácido llamado triptófano, el cual es precursor del neurotransmisor serotonina,  que está a cargo del sueño y el equilibrio emocional, no puede, al consumir proteínas, superar la barrera sangre-cerebro, sin importar que este aminoácido esté contenido en las proteínas. Esto es porque, antes de que el triptófano pueda llegar a activar al neurotransmisor del sueño, los aminoácidos  precursores  que de los neurotransmisores activadores, conocidos como la tirosina y fanilalanina, llegan primero a hacer su trabajo. Es decir, antes de que se pueda producir sueño, se produce una activación gracias a la tirosina, fenilalanina y también por los aminoácidos neutros, impidiendo entonces la producción excesiva de serotonina. Por lo tanto si se ingieren alimentos con muy poca proteína, el triptófano tiene más facilidad de llegar al cerebro, pues no hay aminoácidos que lleguen primero que él. Entonces el consumir alimentos bajo en proteína y altos en carbohidratos (que contengas un elevado índice glucémico) provocará, fácilmente, un adormecimiento o un letargo del cerebro y por lo tanto nuestro rendimiento bajará, pues se estará produciendo un exceso de serotonina.

Pero hay una buena noticia, porque si consumimos alimentos que contengan carbohidratos con un alto índice glucémico, se puede contrarrestar su efecto consumiendo otro tipo de alimento. Lo que produce esta mezcla es que la absorción del organismo será más lenta. De todas formas no es fácil hacer un cálculo de las comidas complejas, pero lo que hemos explicado abre una ventana para poder entender cómo funciona nuestro organismo.